febrero 04, 2013

Antes

...Once segundos antes...
El reloj de péndulo cae fuertemente contra el suelo. Se rompe con un gran estrépito que resuena en toda la habitación. No es el único objeto que llama la atención en este lugar. Hay, junto a la pared donde se encontraba el antiguo artefacto, un cuerpo boca abajo. Cerca de su hombro izquierdo se puede ver una aguja clavada. La piel está más bien amarilla, y no se mueve. En su mano, un trocito de papel con una dirección garabateada.

...dos minutos antes...
El señor R... vuelve de un paseo a pie. Es el único tipo de ejercicio físico que se permite. Sin embargo, en este momento no se siente del todo bien. El ritmo de su respiración se acelera rápidamente. Sus párpados deben cerrarse más de lo acostumbrado, ya que sus ojos casi no aguantan la luz de la habitación. No obstante, él ni siquiera encendió la bombilla. La transpiración perla su rostro, sus miembros, su pecho y su espalda. En su delirio intenta tocar el reloj de péndulo de la pared; incluso el mecanismo le parece irreal.


...trece o catorce minutos antes...
El obeso hombre no alcanza a rascarse bien la espalda. Siente una pequeña incomodidad próxima a su hombro izquierdo, como una picadura de insecto. Hace un esfuerzo por recordar en qué momento esta molestia comenzó, y agarra mentalmente la imagen del jardín de los B... Mientras atravesaba ese terreno, el viejo jardinero intercambió algunas palabras con él.



...entre veintidós y veinticinco minutos antes...
El obrero ve de lejos el paso lento pero fuerte del hombre detestado. De su overol sustrae la aguja preparada. El señor R... busca una dirección inventada por el trabajador y le pide indicaciones sin percibir quién es en verdad este modesto asalariado. Cuando se va, el jardinero aprovecha la distracción del miserable y clava suavemente la aguja en su espalda.




...dos días antes...
El chalé se encuentra entre los más bellos edificios de la ciudad. La familia B..., famosa por su riqueza y su caridad, cuenta con varios empleados. Se agregó recientemente a los miembros del equipo al señor P... Nadie sabe que es el antiguo cuñado del señor R... Este hombre astuto, de frialdad excepcional y manos muy hábiles, espera el rencuentro con el ruin que había provocado tantos sufrimientos a su hermana. La solución para su venganza fue descubierta en un título literario[1]. Envió un mensaje al señor R... dándole una dirección falsa. Era seguro que el malvado iba a pasar cerca del jardín donde él trabajaba regularmente. En este punto, una aguja hueca impregnada de algunas gotas de un fuerte veneno arreglaría la querella.


[1] Alusión a la novela de Maurice Leblanc “Arsenio Lupin y la aguja hueca”.

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