...Once
segundos antes...
El reloj de péndulo cae fuertemente contra el suelo. Se
rompe con un gran estrépito que resuena en toda la habitación. No es el único
objeto que llama la atención en este lugar. Hay, junto a la pared donde se
encontraba el antiguo artefacto, un cuerpo boca abajo. Cerca de su hombro
izquierdo se puede ver una aguja clavada. La piel está más bien amarilla, y no
se mueve. En su mano, un trocito de papel con una dirección garabateada.
...dos
minutos antes...
El señor R... vuelve de un paseo a pie. Es el único tipo de
ejercicio físico que se permite. Sin embargo, en este momento no se siente del
todo bien. El ritmo de su respiración se acelera rápidamente. Sus párpados
deben cerrarse más de lo acostumbrado, ya que sus ojos casi no aguantan la luz
de la habitación. No obstante, él ni siquiera encendió la bombilla. La
transpiración perla su rostro, sus miembros, su pecho y su espalda. En su
delirio intenta tocar el reloj de péndulo de la pared; incluso el mecanismo le
parece irreal.
...trece
o catorce minutos antes...
El obeso hombre no alcanza a rascarse bien la espalda.
Siente una pequeña incomodidad próxima a su hombro izquierdo, como una picadura
de insecto. Hace un esfuerzo por recordar en qué momento esta molestia comenzó,
y agarra mentalmente la imagen del jardín de los B... Mientras atravesaba ese
terreno, el viejo jardinero intercambió algunas palabras con él.
...entre
veintidós y veinticinco minutos antes...
El obrero ve de lejos el paso lento pero fuerte del hombre
detestado. De su overol sustrae la aguja preparada. El señor R... busca una
dirección inventada por el trabajador y le pide indicaciones sin percibir quién
es en verdad este modesto asalariado. Cuando se va, el jardinero aprovecha la
distracción del miserable y clava suavemente la aguja en su espalda.
...dos
días antes...
El chalé se encuentra entre los más bellos edificios de la
ciudad. La familia B..., famosa por su riqueza y su caridad, cuenta con varios
empleados. Se agregó recientemente a los miembros del equipo al señor P... Nadie sabe
que es el antiguo cuñado del señor R... Este hombre astuto, de frialdad
excepcional y manos muy hábiles, espera el rencuentro con el ruin que había
provocado tantos sufrimientos a su hermana. La solución para su venganza fue
descubierta en un título literario[1]. Envió
un mensaje al señor R... dándole una dirección falsa. Era seguro que el malvado
iba a pasar cerca del jardín donde él trabajaba regularmente. En este punto,
una aguja hueca impregnada de algunas gotas de un fuerte veneno arreglaría la
querella.
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