octubre 24, 2012

Bienve... no, mejor otra cosa...

¡Fuera de aquí! ¿No ven que todavía está en proceso? Y esto es de no acabar. Mientras las paredes de una casa ya están hechas se desvanece un adoquín de la calle que lleva al puerto al tiempo que se tuerce la sección de muralla que perdura de siglos atrás. Es un caos que no parece mejorar sino todo lo contrario mientras pasan los minutos. Se ven desorientados, así que lean bien lo que escribo: ¡Fuera de aquí!
¿No? ¿Tan seguros creen estar? En tal caso...

La ciudad de Ismo es antigua y moderna a la vez, sobre todo si se toman en cuenta sus constantes fundaciones y destrucciones. Comprende una zona costera mal delimitada y encajada, que junto a una precipitada y repentina (y recentísima) nueva repoblación la hace difícil de ubicar a ciencia cierta. ¿Quién dice con seguridad si el sitio de esta última Ismo es el mismo que el de la anterior? ¿Y más tempranamente? Yo, por lo menos, no estaba ahí, así que me es difícil asegurarlo.
Hoy es el día. Hoy se funda de nuevo. La ciudad de Ismo los recibe y pide, por favor, no tomar fotos ni nada parecido. Pasen, visiten y salgan cuantas veces quieran, así no más y en ese estricto y necesario orden. Es tan nueva que ni siquiera en los mapas mejor actualizados aparece. Busquen si no me creen. Posiblemente una incalculable secuencia desafortunada la arrase antes de que quede mal registrada por enésima vez. Sugiero a los visitantes que no pierdan de vista donde se encuentran, vayan con alguien de la mano o agarren lo que haya más cerca con tal de no perderse y cultiven paciencia conforme se adentran en este embrollo. Como guía responsable que soy los dejo en este punto, pues ir más allá de la Gran Puerta haría aburrida su visita de re-descubrimiento, sin contar que sería una insensatez de mi parte (¿quién, si no yo, para dar la bienve... no, mejor otra cosa... a los recién llegados?).